martes, 5 de marzo de 2013

ESCUELA ELEATICA



La escuela jonia no había aceptado el devenir del mundo, que se
manifiesta en el nacer, perecer y mudar de las cosas, como un hecho ultimo
y definitivo, porque había procurado encontrar, más allá del devenir, la
unidad y la permanencia de la sustancia. No había negado, sin embargo, la
realidad del devenir. Tal negación es obra de la escuela eleática, que reduce
el devenir mismo a simple apariencia y afirma que sólo la sustancia es
verdaderamente. Por primera vez, con la escuela eleática, la sustancia se
convierte por sí misma en principio metafísico: por primera vez, se la define
no como elemento corpóreo o como número, sino sólo como sustancia,
como permanencia y necesidad del ser en cuanto tal. El carácter normativo
que ya revestía la sustancia en la especulación de Anaximandro, que veía en
ella una ley cósmica de justicia, carácter que los pitagóricos habían
expresado mediante el principio de que el número es el modelo de las cosas,
se toma como la definición misma de la sustancia por Parménides y por sus
secuaces. Para éstos la sustancia es el ser que es y debe ser: es el ser en su
necesidad normativa, en su unidad e inmutabilidad, que hace de él el único
objeto del pensamiento, el único término de la investigación filosófica. El
principio del eleatismo marca una etapa decisiva en la historia de la filosofía.
Presupone indudablemente la investigación cosmológica de los jonios y de
los pitagóricos, pero la libra de su supuesto naturalístico y la lleva por
primera vez al plano ontológico en el cual habían de enraizarse los sistemas
de Platón y de Aristóteles.

BIBLIOGRAFIA
ABBAGNANO, Nicolas, Historia de la filosofía, Barcelona, HORAS S.A, 1994.

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