lunes, 11 de marzo de 2013

GORGIAS



Contemporáneo de Protágoras fue Gorgias de Lentini (en Sicilia), nacido
hacia el 484-83, quien enseñó primeramente en Sicilia y, después del 427, en
Atenas y en otras ciudades de Grecia. En los últimos tiempos de su vida se
estableció en Larisa de Tesalia, donde murió a los 109 años. Fue sobre todo
un retórico; pero escribió también una obra filosófica con el título Sobre el
ser o sobre la naturaleza, de la cual Sexto Empírico nos ha conservado un
fragmento. (Adv. math., VII, 65 y ss.). Nos quedan también fragmentos de
algunos de sus discursos, un Elogio de Helena y una Defensa de Palamedes.
Las tesis fundamentales de Gorgias eran tres, concatenadas entre sí: 1.a
Nada existe; 2.a . Si algo existe, no es cognoscible por el hombre; 3.a Aunque
sea cognoscible, es incomunicable a los demás. 1) Sostenía el primer punto
demostrando que no existe ni el ser ni el no ser. En efecto, el no ser no es,
porque si fuese sería a la vez no ser y ser, lo que es contradictorio. Y el ser,
si fuese, debería ser o eterno o engendrado, o eterno y engendrado a la vez.
Pero si fuese eterno sería infinito y si infinito no estaría en ningún lugar,
esto es, no existiría de hecho. Si es engendrado, debe haber nacido o del ser
o del no ser; pero del no ser no nace nada; y si ha nacido del ser ya existía
primero, en consecuencia, no es engendrado. El ser no puede ser, pues, ni
eterno ni engendrado; ni puede ser tampoco eterno y engendrado a la vez,
porque las dos cosas se excluyen. Así, pues, ni el ser ni el no ser existen. 2)
Pero si el ser fuese, no podría ser pensado. En efecto, las cosas pensadas no
existen; de lo contrario existirían todas las cosas inverosímiles y absurdas
que al hombre se le antoja pensar. Pero si es verdad que lo que es pensado
no existe, será también verdad que lo que existe no es pensado y que, por
tanto, el ser, si existe, es incognoscible. 3) En fin, aunque fuese cognoscible,
no sería comunicable. Nosotros, en efecto, nos expresamos por medio de la
palabra, pero la palabra no es el ser; así pues, comunicando palabras, no
comunicamos el ser.
Gorgias llega así a un nihilismo filosófico completo, utilizando las tesis
eleáticas acerca del ser y reduciéndolas al absurdo. Se ha dudado de si este
nihilismo representa verdaderamente las convicciones filosóficas de Gorgias
o fue más bien un simple ejercicio retórico, una prueba de habilidad
oratoria. Pero no poseemos elementos que nos permitan negar la intención
filosófica de Gorgias y, por tanto, la seriedad de sus conclusiones. Tal
conclusión se opone en cierto modo a la de la doctrina de Protágoras. Para
Protágoras todo es verdadero, para Gorgias todo es falso. Pero en realidad el
significado de las dos tesis no es más que uno: la negación de la objetividad
del pensamiento y, en consecuencia, de la validez que le proporciona su
referencia al ser. Por la ausencia de tal objetividad, la palabra, sobre todo
cuando va gobernada por la retórica, tiene una fuerza necesitante a la que
nadie puede resistir. En la Defensa de Helena, Gorgias sostiene que "Helena
—sea que hubiera hecho lo que hizo inducida por el amor, o persuadida por
la..fuerza de la palabra, o raptada con violencia, u obligada por destino
divino— en cualquiera de los casos se libra de la acusación" (fr. 11, 20).
Aquí, la fuerza de la palabra figura junto al destino divino y al lado del
poder del amor y de la violencia como condición necesitante que elimina la
libertad, y por tanto, la imputabilidad de una acción. "La fuerza de la
persuasión —sigue diciendo Gorgias— de la que se originó la decisión de
Helena, pues efectivamente tuvo origen por necesidad, no es digna de
reproche sino que posee un poder que se identifica con el de esta necesidad"
(fr. 12). Claro está que, según Gorgias, la palabra tiene una fuerza
necesitante porque no halla límites a su poder en ningún criterio o valor
objetivo, en ninguna idea en el sentido platónico del término: el hombre no
puede resistirse a ella aferrándose a la verdad o al bien y se encuentra
totalmente indefenso frente a la misma. El relativismo teórico y práctico de
la sofística encuentra aquí un importante corolario suyo: la omnipotencia
de la palabra y la fuerza necesitante de la retórica que la guía con sus
recursos infalibles. Cuando Platón opone a Gorgias, en el diálogo que lleva
su título, que la retórica no puede persuadir sino en lo que es verdadero y
justo, arranca de un supuesto no compartido por Gorgias: o sea, que existan
criterios infalibles y universales para reconocer lo verdadero y lo justo
(Gorgias, 455 a). Lo que distingue a la retórica de Gorgias como arte
omnipotente de la persuasión, de la retórica de Platón como educación del
alma en la verdad y en lo justo es el supuesto fundamental del platonismo:
la existencia de las ideas como criterios o valores absolutos.

BIBLIOGRAFIA
ABBAGNANO, Nicolas, Historia de la filosofía, Barcelona, HORAS S.A, 1994.


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